jueves, 31 de octubre de 2013

Una Meditación y una Bendición

1 comentario:

  1. A nuestro muy querido y venerado monje de Samos, ya sabemos un dato más: realmente sus predicas son alimento para nuestras almas. Su piedad y sabiduría nos ayudan a amar a Dios y vivir mejor nuestra vocación. Por favor no nos deje.
    Por favor ayúdenos a seguir a Cristo, hablándonos de El, de sus bondad y amor. Por favor... se lo ruego.

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